
EXPOSICIÓN DE ANSELMO SÁNCHEZ PLACIOS EN EL CLUB NAÚTICO
LAS PUERTAS AMAZIGH DEL SOUS-MASA-DRA
Texto: Orlando Hernández
Para Delacroix va a suponer un descubrimiento, deslumbrado por la luz norteafricana y encandilado por las planicies abiertas, las luces y los habitantes de Marruecos. Después de esta estancia en Marruecos, su pintura no sería la misma (fue un claro antecedente de los impresionistas). Henri Matisse, gran colorista. Como diría Picasso: “Usted tiene el sol en su paleta”. Las telas profusamente ornamentadas y los trajes típicos de Marruecos fueron fuente de inspiración para el pintor. En las odaliscas, -uno de sus temas de representación favoritos-, se presentan junto a vestidos y retazos de telas, tapices y alfombras, obras pertenecientes a la colección personal del artista. Matisse dijo que los textiles de la serie de odaliscas eran “tan importantes” como las propias modelos.
Desde la creación de la Escuela Luján Pérez, surgió una forma de expresión distinta, nacida del cultivo y de la defensa de la personalidad estética. Sin duda alguna, el hallazgo del arte aborigen centró la atención de estos primeros artistas, que encontraron en el Museo Canario una fuente de inspiración (Cerámica, pintaderas, objetos artesanales, momificaciones, etc.)
La confluencia del paisaje canario, la etnografía y el arte aborigen, conformaría lo que llamamos “Arte Indigenista”. La continua búsqueda del paisaje, las raíces de nuestra cultura, siguen siendo una fuente de inspiración para los artistas actuales de la Escuela (José Luis Vega, Manolo Ruiz, Juan Betancor, Paco Sánchez, Francisco Ramírez, Anselmo Sánchez y un largo etc…).
Hacer una mención especial a Eduardo Gregorio: (Escultor y director de la E.L.P 20 años). Vivió y trabajó en Tánger. Según comentario de Juan Antonio Gaya Nuño: “Una evolución hacia mayores sintetismos se ha operado en la obra de Gregorio; su alabastro se adelgazó, sus formas se hicieron aéreas, la geometría se impuso con riguroso mandato. Su estancia en Tánger le ha llevado a un africanismo esencial en el que todo detalle se ha perdido, las masas se elevan con pureza”.
Anselmo Sánchez Palacios, un artista comprometido con la Escuela Luján Pérez, participa en las colectivas que se organizan. Es un creador con una dilatada carrera, con muchas exposiciones individuales y colectivas, siempre tratando sugerentes temas. Creo que con esta muestra lo encontramos en su mayor madurez, tanto en su plástica, como en el plano conceptual.
La pintura de Anselmo es marcadamente expresionista. En su paleta, más que nunca, está presente el color limpio. Abandona los colores agrisados de épocas anteriores, al igual que hicieron artistas que se deslumbraron por el colorido de esta región del planeta. Dota a la obra de una fuerza expresiva con el aporte matérico.
En esta muestra Anselmo recurre a un elemento lleno de simbología, como es “La Puerta”. Si los ojos son las ventanas de nuestra alma, la puerta de nuestra casa es la entrada a nuestra vida. La función de la puerta es la de facilitar el paso o impedirlo a modo selectivo, donde se requiere un reconocimiento previo para entrar, y siempre, para garantizar el recogimiento y la seguridad de sus moradores.
Pues no es de extrañar que un artista tan inquieto y ávido de experiencias visuales y vitales, como es el caso de Anselmo, se deje cautivar por este mundo de sensaciones. Posiblemente, como los primeros artistas de la Escuela, quiera buscar la inspiración en las raíces de la cultura canaria prehispánica, pero esta vez no en el Museo Canario, sino fuera de nuestras islas.